Navidades en la playa o en el ártico

Estos días alucino: voy de un fotolog a otro y me encuentro con que todo el mundo comenta el tiempo, pero mientras unos me dicen que han ido a votar en manga corta (1 de noviembre en Barcelona), otros estamos a 3 grados y bajando. Y todavía hay más: en Berlín ya nevó!

Cuando trabajaba en la ONG ecologista, me estuvieron informando del efecto invernadero y del daño que estamos haciendo al planeta. Temperaturas como las de estas semanas en España (31 grados en Sevilla) no dejan lugar a dudas: estamos destruyendo la Tierra!
Dejando de lado fatalismos y radicalismos ecologistas (en los que no me incluyo, pero otra cosa es negar la evidencia), quería dejar escrito que aquí en Bélgica he aprendido a amar aún más la naturaleza. Será porque aquí llueve más y hay verde en todas partes (Bruselas es la segunda capital europea con más zonas verdes por metro cuadrado), será porque al estar tan sola entro en armonía con los bosques, será que necesito desfogarme del stress laboral brincando por los prados, será que los cambios de colores, de estaciones, de vegetación en estos países te dejan boquiabierta si provienes de una ciudad donde el estadio de futbol (a pesar del dinero que se dejan en él sus propietarios) suele estar seco sequísimo!
Y de todas las estaciones del año, no hay duda que es en ésta cuando más bellos están los árboles! Me pierdo contemplando el paisaje desde la ventanilla, desde la ventana del trabajo, mientras paseo, mientras escucho música… y tomaría una foto a cada instante!

Dicen que va a ser un invierno muy frío (aquí donde estoy): así que creo que huiré del ártico para pasar unas navidades en la playa (uno de mis sueños!)